

La flora de Canarias
Las islas Canarias encierran una biota (conjunto de seres vivos) que por su singularidad ha llamado la atención de propios y extraños. Numerosos estudiosos han intentado explicar la razón de porqué un puñado de islas de origen oceánico y apenas 7.000 km2 puedan albergar un número tan elevado de seres vivos exclusivos.
Aunque tendamos a simplificar los procesos evolutivos que puedan haber ocurrido es muy probable que Canarias sea un crisol en el que diferentes caminos evolutivos hayan confluido haciendo complejo su estudio y extremando el resultado.

Centrándonos en la flora vascular de las islas Canarias podemos decir que ésta es el resultado de la historia del archipiélago, tanto de los acontecimientos naturales como de los humanos que han construido el espacio en el que hoy vivimos. Muchas de las especies que se dan cita hoy en las islas han llegado sin ayuda directa o indirecta del hombre. Son lo que llamamos especies autóctonas o nativas. Entre éstas destacan aquellas que son exclusivas de las islas, los afamados endemismos, elementos que se han originado en las islas a partir de la inmigración de ancestros desde otras tierras y que aquí han encontrado o un refugio, o un nuevo espacio para diferenciarse.
Por otro lado están las plantas que han alcanzado las islas gracias al hombre que conscientemente (por ejemplo cultivos y ornamentales que han conseguido escapar de su cuidado integrándose en los espacios silvestres) o inconscientemente a través de sus actividades (por ejemplo malas hierbas, forrajes, parásitas, etc.) las han introducido. El número de autóctonas se estima en 1.300-1.400 spp., mientras que las introducidas podrían superar ya las 1.200.

La flora endémica de Canarias muestra muchas características típicas de las floras de los archipiélagos oceánicos, principalmente un alto índice de endemismos, varios ejemplos espectaculares de radiaciones evolutivas, y una mayor proporción de especies con hábitos leñosos y suculentos si comparamos con las respectivas floras continentales próximas.
Las islas cuentan con aproximadamente 700 especies endémicas de plantas vasculares lo que supone casi la mitad de las especies autóctonas. Sin embargo, éstos endemismos parecen haber provenido de poco más de un centenar de introducciones, las cuales una gran parte de ellas experimentaron el mencionado fenómeno de radiación evolutiva. Como ejemplos de este fenómeno podríamos citar al género Argyranthemum donde 23 especies endémicas provienen de un único ancestro herbáceo que provino del continente. Otros ejemplos son las 75 especies del clado Aeonium (incluye Aichryson y Monanthes), las 29 especies de Sonchus, o las 20 de Echium, etc.
Sin embargo otros géneros o no han radiado o lo han hecho muy poco como ocurre por ejemplo con Campylanthus, Plocama, Dicheranthus, Pleiomeris con una sola especie o por ejemplo Ruta, Reichardia, Adenocarpus con pocas especies. También encontramos géneros cuyos representantes endémicos actuales se originaron a partir de dos ancestros diferentes (dos eventos de colonización) como ocurre con Convolvulus, Ilex, Helichrysum, etc.
Respecto al origen de los ancestros la mayoría de ellos provienen de la región Mediterránea si bien son conocidas otras relaciones de parentesco con el Este de África (Sideroxylon, Canarina, Campylanthus, Camptoloma o Solanum), sudafricanas (Pericallis, Kunkeliella) e incluso americanas (Sedum).
Para terminar podemos concluir que la flora vascular de las islas Canarias en su conjunto podría estimarse en unas 2.400-2.500 taxa distribuidos de manera desigual por las islas sobre la base de su superficie, variedad climática, orográfica, etc. Así la isla más pequeña del Archipiélago, El Hierro, alberga unos 600 taxa, cada una de las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, poseen más de 700 taxa, La Palma y La Gomera tienen ambas en torno a 850 taxa, Gran Canaria da cobijo a unos 1.250 taxa y Tenerife, la isla más grande, contiene aproximadamente 1.400 taxa.
Jorge Alfredo Reyes Betancort
Director del Jardín de Aclimatación de La Orotava